Bajo las estrellas como reflectores
en presencia de reyes y dioses,
con beodos sobrios
y
niños de robados sueños.
Apareces
sobre un escenario de mármol,
estatuas queriendo ser flores,
recuerdos perdidos en bosques
y
melodías de equinoccios otoñales.
Bailas
como mariposa sin equilibrio
en busca del néctar dionisiaco
para llegar al éxtasis
y
llegar al olimpo que te espera.
Bailarina ebria
ahórcame con tus manos de vino tinto,
asfíxiame con tus senos de laudazo
y
ahógame con tu vientre de licor.
Bailarina
baila.
No dejes de seducir al hipnotizador
y
de estrangular su flauta.
Baila
para conservar tu aroma a noche
porque de tu perfume carece:
un hombre.
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